Embargo mi propia deuda
en los límites de la razón.
No, esto no es la pureza
que buscabas
en los textos
ni tampoco en los sentimientos
y mi lengua
se la comió el gato
el día que te conocí.
Y sé que te perdí
por no saber pronunciar
las palabras
que necesitabas oir
en cada momento
y no me refiero
exclusivamente
a las 3 palabras
que la gente cree mágicas.
Y fue por mis miedos
que volví
a encontrar
mis límites
y mis sombras
y mi propio origen
donde hace frío,
donde vuelvo a tener frío.
Inédito
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