Huía
con una biblia bajo el brazo.
Pretendía
llegar lejos, un pueblo remoto quizás,
encontrar una secretaria
o una camarera
que pudiera ser ama de su casa
y no supiese su pasado.
Cambiaría de gafas
y su horario de misa
a los sábados por la tarde.
No quería levantar sospechas
y el único rastro
de su historia
sería
la pequeña biblia
que portaba debajo del brazo.
Inédito
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