Lloras por miedo, por alegría, por decepción, por impotencia. Llanto tenue, estridente, desesperado. Invitados desconocidos en el tanatorio que muestran lágrimas de indiferencia en un gesto aparentemente solidario. Y en la reunión de adultos que hablaban de política, después de un rato se convirtió en sollozo y nadie sabe cuándo el niño dejó de llorar súbitamente. Un silencio repentino invadió la sala, resultó doloroso.
Inédito, Presentación en el auditorio de la escuela de música Dionisio Aguado.