Camps ha sido alzado a la categoría de héroe por sus distinguidos compañeros y presentado ante la opinión pública como una víctima más del sistema judicial (dependiente) de nuestro país. Ante el juez ha declarado su culpabilidad por las causas que el magistrado le imputaba y las conexiones con distintos delitos atribuidas. Acto seguido, frente a los medios de comunicación que transmitían en diferido (estrategia que alimenta las sospechas y corrobora los malos movimientos de su equipo) ha defendido su inocencia, la persecución a la que ha sido sometido y ha dado la vuelta a la tortilla, he aquí la importancia de su discurso, lanzando acusaciones a la oposición y ejemplificando -desde su partido- su acto. Acto que solamente un inocente sería capaz de realizar: admitir su culpabilidad.
La cuestión en política es cambiar las tornas. Ha quedado demostrado con el nombramiento en el poder del nuevo ejecutivo de Castilla-La mancha, Comunidad Autónoma desde donde se lanzan dardos y excusas para prevenir sobre una (más que probable) gestión imposible que se realizará y que verá revertida la ilusión de los votantes en promesas no cumplidas y mayores recortes. Sin embargo, nadie se pronuncia por todos los problemas encubiertos, legales y desconocidos que puede haber en la comunidad vecina, pues no interesa airear los trapos sucios.
Y así es como se defienden unos sobre otros sin afrontar los problemas y mostrar las soluciones. La estrategia, ya casi militarizada, consiste en evadir las responsabilidades con bombas de humo y lanzar la pelota al otro campo, como en los partidos de tenis, y, ante un apoyo popular masivo, realizar una subida a la red para bolear y acabar machacando con un gran smash que de un respiro a un discurso vacío y unos puntos en las encuestas.
Ahora es el momento en el que los ciudadanos deben reflexionar sobre si el castigo en las últimas elecciones al gobierno central no puede estallarles en las manos por confundir a los gabinetes de los pueblos o el de las Comunidades Autónomas con el del país. Es hora de empezar a diferenciar dejando a un lado el forofismo y hablar con mayor propiedad.
21/07/2011