Ya sea en época de vacas gordas o de vacas flacas hay quien no tiene un plato de comida en su mesa a diario. Un menú diario. Y en ocasiones, con suerte, es posible tener un menú de un día para otro. Un menú del día... a día.
El libro de Gsús Bonilla nos lleva a fijarnos en gestos cotidianos o a pararnos en pequeñas reflexiones de nuestro comportamiento. Sin tapujos ni florituras, como el acuña, totalmente visceral. Directo. Un gancho con la izquierda mientras estás asimilando el derechazo anterior.
Será cosa de la tierra. De la dehesa extremeña la que hace que junto a la denominación de origen de los alimentos y enterradas bajo las encinas, junto a las preciadas trufas, autores como él o Roberto Iniesta muestren un uso descarnado de las palabras, un bistec crudo, en su punto, con los restos de sangre al cortar y que por momentos uno se busca la herida después de los textos.
Una suerte de escritor, a parte de persona, a quien sus dos editoriales deberían exprimir más para deleite y disfrute de los lectores.
MAMÍFERO ENORME
en el hocico
una argolla de metal
en ésta
una cadena
y en su extremo
la mano que alimenta.
para evitarse problemas
debe de obedecer
sin más remedio
sólo, que
gruñe con rabia
porque la dignidad
no atiende a razones.
Menú del día... a día
por Gsús Bonilla
Baile del sol
Colección Poesía
Edición 2011
#Comparto con Gsus Bonilla una entrada en este blog con una ilustración suya y un poema mío: http://davidvazquezrufino.blogspot.com/2011/09/cuando-la-corbata-ahogo-al-individuo.html
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